Manifiesto en defensa de la Sierra de Salinas

La Sierra de Salinas, donde convergen los términos de Villena, Yecla, Salinas, el Pinós y Monòver es uno de los enclaves naturales más valiosos de nuestro entorno. Su paisaje de encinas, pinos y cultivos tradicionales, sus especies endémicas, su valor ecológico y cultural, y su papel como corredor biológico y pulmón verde de la comarca la convierten en un territorio esencial que merece la máxima protección. Este espacio forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación y Lugar de Interés Comunitario, y cuenta con microrreservas botánicas y proyectos en curso para su declaración como Parque Natural, tal como venían reclamando el Ayuntamiento de Villena y diversos colectivos locales.

Panorámica del Valle: Todo este espacio será ocupado por un mar de placas. Grabación de Iluminada Medina

Sin embargo, en los últimos años la Sierra de Salinas está siendo sometida a una presión creciente por parte de grandes promotores energéticos y fondos de inversión vinculados al oligopolio eléctrico. Se han autorizado proyectos fotovoltaicos a los pies de la sierra —como los denominados Atalaya Solar, Frutasol y Villasol— pese a los informes desfavorables del Ayuntamiento y las alegaciones vecinales. A ellos se suma la planta promovida por Repsol Renovables, de más de 100 MW, que aunque ha sido reducida y desplazada unos 500 metros tras la presión municipal, sigue suponiendo una amenaza evidente para el equilibrio ambiental y el paisaje protegido. Todo esto ocurre mientras la Generalitat Valenciana ha aprobado normativas que facilitan la instalación masiva de plantas solares, ampliando del 3% al 10% el suelo rústico disponible para este fin y reduciendo la capacidad de decisión de los ayuntamientos.

Esta situación refleja una dinámica perversa de concentración de poder y de expolio del territorio en manos del oligopolio energético en un contexto de precarización de los pequeños agricultores que hace cada vez más difícil la explotación agrícola de los espacios que nos ocupan y que empujan a los propietarios a vender y arrendar sus tierras. Las grandes compañías eléctricas y sus filiales, bajo el discurso de la transición verde, ocupan suelos agrícolas, destruyen ecosistemas y desplazan a comunidades rurales, mientras mantienen el control centralizado de la producción y distribución de energía. No se trata de una transición justa ni sostenible: se trata de sustituir la dependencia del petróleo por otra dependencia, esta vez de los fondos de inversión y corporaciones que controlan las renovables a gran escala perdiéndose la oportunidad única de democratizar la energía mediante el fomento de cooperativas eléctricas.

En Villena, se ha denunciado la fragmentación intencionada de plantas solares para eludir evaluaciones ambientales integrales y la falta de planificación territorial coordinada. Los informes técnicos alertan de impactos acumulativos sobre el paisaje, la fauna, el suelo y el patrimonio agrícola, así como de la desaparición de olivos y almendros centenarios y del deterioro de la red de caminos rurales y acuíferos.

Grabación de Iluminada Medina

El caso de la Sierra de Salinas es paradigmático: un territorio que debería ser emblema de sostenibilidad y conservación está siendo entregado al mejor postor en nombre de una falsa transición ecológica que sólo beneficia a unos pocos. Frente a ello, el pueblo de Villena, a través de su tejido de asociaciones ha promovido alegaciones, recursos judiciales para frenar el avance indiscriminado de las macroplantas mientras que el Ayuntamiento ha acabado poniéndose de perfil.

Desde las asociaciones que promovemos este manifiesto, hemos dado un paso al frente para gritar que ya basta, siendo conocedores de que no estamos ante un hecho coyuntural y de que nuestra lucha es también la de muchos otros territorios rurales. Es una lucha por la dignidad de nuestros pueblos frente a un modelo extractivista que se está implantando sistemáticamente y que reduce al interior rural a meras posesiones coloniales en las que explotar recursos como agua y energía y en las que externalizar los efectos negativos mediante, por ejemplo la ubicación de macrovertederos. Un modelo en el que los beneficios se privatizan pero las consecuencias se socializan y en el que las medidas de compensación a la ciudadanía o la economía circular no se contemplan.

Por eso, quienes firmamos este manifiesto exigimos:

1. Que se dé información detallada del cuándo, el cómo y el por qué se están instalando las macroplantas así como sobre las externalidades negativas que vamos a soportar tanto ciudadanía como el patrimonio natural y cese la opacidad con la que el Ayuntamiento ha venido comportándose estos últimos meses.

2. Que cese la connivencia de la coalición PSOE-Verdes de Europa con el oligopolio aceptando patrocinios de empresas como X-ELIO que avergüenzan a nuestra centenaria ciudad. No hay mural que tape esta barbarie.

3. Que se haga todo lo posible desde el Ayuntamiento y la Generalitat para paralizar los proyectos a los pies de la Sierra de Salinas y que se garantice su protección definitiva mediante su declaración como Parque Natural. Ha de garantizarse la conservación del entorno de especies protegidas como especie autóctona jarilla villenense entre otras.

4. Que se tomen medidas y se invierta mediante los medios que se requieran proyectos que prioricen el autoconsumo, las cooperativas energéticas locales, la instalación en cubiertas industriales o suelos degradados, y que respete el paisaje y la biodiversidad y que avancen en una democratización de la energía que nos aleje del modelo especulativo de la actualidad.

5. Que se revisen las normas autonómicas que despojan a los municipios de su capacidad de decisión, y que las grandes empresas del sector eléctrico asuman su responsabilidad ambiental y social sin esconderse tras filiales y subterfugios legales.

6. Que se priorice la nueva redacción socialmente participada del Plan General de Ordenación Urbana de Villena, incluyendo como línea estratégica preferente una respuesta justa, racional, y sostenible a los desafíos que la necesaria transición ecológica imponen a nuestro término municipal.

Defender la Sierra de Salinas es defender el agua, el aire, el paisaje, la biodiversidad y la dignidad de los pueblos. Es oponerse a un modelo que consolida que la energía sea un nuevo instrumento de especulación y dependencia. No se trata de oponerse a las energías renovables, sino de exigir sentido común, respeto al territorio y beneficio real para las comunidades que lo habitan. La Sierra de Salinas no puede convertirse en un campo industrial de placas al servicio del oligopolio eléctrico: debe seguir siendo lo que siempre ha sido, un espacio vivo y libre.

Grabación de Iluminada Medina

Recoge firmas en tu entorno y haznoslas llegar contactando en villena@salvatierra.info antes del 15 de diciembre.